miércoles, diciembre 27, 2006

Entrevista

Entrevista que tuvo a bien hacerme Heriberto Janosch. Una entretenida charla sobre física, pseudociencia y escepticismo, en Espacio Exterior


Y feliz año para todos

lunes, diciembre 11, 2006

Un giro imposible

(Pido disculpas por anticipado a aquellos que en el instituto se fueron por letras, y por todas las cuentas que más adelante surgirán)


El vuelo de American Airlines 77 fue el que se estrelló en el Pentágono en los ataques del día 11 de septiembre de 2001. La falta de imágenes del choque final ha sido en gran parte aprovechada por los vende-libros-de-conspiraciones-hipermegacósmicas para decir que lo que allí se estrelló fue un misil. Algo aceptado sin pasar ningún tipo de filtro crítico por los conspiranoicos-compra-libros-de-conspiraciones-hipermegacósmicas, que de golpe y porrazo, tras leerse el mentado libro, parecen ser expertos en explosivos, aeronáutica, y pilotaje de aviones. Parecen, porque realmente lo único que hacen es repetir los pseudoargumentos (con las correspondientes palabrejas técnicas que probablemente no entiendan, pero que mola decir) de los libros, sin haberse parado a comprobarlos.

La falta de imágenes no es el único argumento que usan los conspiranoicos para decir que el ataque fue perpetrado por un misil. Uno de los argumentos que también manejan, es que las maniobras de acercamiento del avión previas a su choque, no serían posibles con un Boeing 757, e incluso muy a duras penas las podría hacer un caza. Por tanto la única opción es que sea un misil.

Pongámonos en situación: el vuelo 77 despegó del aeropuerto de Dulles, al Oeste de Washington, y se dirigía en dirección Oeste, cuando fue secuestrado. El secuestrador, dio media vuelta, y dirigió el avión hacia el Este. Apenas unos minutos antes de estrellarse, el secuestrador inició un giro hacia la derecha de unos 325º, a la vez que descendía, para finalmente, estrellarse en el Pentágono. Pues bien, este giro, observado por los controladores aéreos en los radares, es el que se dice que es imposible para un Boeing 757, apoyado (como no) por presuntos testimonios de algunos de estos controladores.

Según los conspiranoicos, a partir de los datos oficiales, se deduce que el avión habría sufrido una aceleración de 10g (10 veces la aceleración de la gravedad), algo que no pueden aguantar ni los mejores cazas (más correctamente, los pilotos de los cazas). Una aceleración así de fuerte, haría que la inercia del Boeing debida a su gran masa, desestabilizara su vuelo, y además, haría que la sangre del piloto no pudiera ser bombeada hasta su cerebro, haciéndole perder la consciencia y el control del aparato. Por tanto, es imposible hablar de un avión (al menos uno tripulado), ergo fue un misil. Y automáticamente queda demostrada la conspiración, claro. (También tendría su guasa, que se monte una pedazo de conspiración complejísima, para luego cagarla en lo más simple haciendo públicos unos datos incoherentes)

¿Que hay de cierto en este argumento? Estos conspiranoicos que fardan de expertos en casi todo, que dicen pensar por sí mismos... ¿han comprobado por ellos mismos la validez del mismo? Porque lo cierto es que, disponiendo de un par de datos muy básicos, la complicación del problema es similar al de uno de un examen de física 2º o 3º de BUP (me perdonen, pero no me aprendí la equivalencia con la ESO. Edad del estudiante: 15 o 16 años).

Los datos son las siguientes gráficas, obtenidas de la página 9 del “Study of Autopilot, Navigation Equipment, and Fuel Consumption Activity Based on United Airlines Flight 93 and American Airlines Flight 77 Digital Flight Data Recorder Information”, realizado por el NTSB (National Tranportation Safety Board)

Representan la altura, la velocidad, y la dirección del avión, en función del tiempo. Se observa muy bien, cómo antes de las 9:34, el avión comienza un descenso en espiral. El giro dura 199 segundos; se hace con una velocidad irregular entre 275 y 300 nudos (entre 509 y 555 km/h), a pesar de lo cual, el giro es más o menos constante y regular. El descenso es desde 7500 a 2500 pies, de forma irregular, a un ritmo medio de -7.65 metros por segundo. Al terminar el giro, de 325.4º, el piloto acelera a tope el avión, y ayudado por el descenso, lo pone a unos 475 nudos (879 km/h), que es la velocidad a la que impacta en el Pentágono alrededor de las 9:37.

Los datos necesarios para plantear el problema, son la velocidad del avión (555 km/h), el ángulo del giro (325º) y el tiempo que ha tardado en girar (199 s). He aquí el problema, tal y como sería planteado en un examen de BUP:


(3 puntos) Un avión hace un descenso en espiral de 325º, con una velocidad lineal constante de 555 km/h, durante 199 segundos, y una velocidad de descenso de 7.65 m/s. Calcular:


a) La velocidad angular media del avión (0.25 puntos)
b) El radio del giro (0.25 puntos)
c) La aceleración máxima (en unidades de g) a la que se vería sometido el avión (1.25 puntos)
d) Discutir qué influencia tiene la velocidad de descenso en vertical en el resultado anterior (1.25 puntos)


Nota: Aunque la velocidad durante el giro es irregular, he cogido la máxima porque es la que más favorable para los conspiranoicos (que no se diga).

Solución

a) Velocidad angular media del avión.

La velocidad angular media es el ángulo (en radianes) que cubre el avión, en un determinado lapso de tiempo. Teniendo en cuenta que 360º son 2π radianes, 325º entonces son 5.67 rad (hágase una regla de tres). El tiempo que dura el giro es 199 s. Por tanto,
ω=5.67 rad/199 s = 0.0285 rad/s

El avión gira un ángulo de 0.0285 radianes (1.63 grados) cada segundo

b) Radio de giro

El avión describe en el cielo un círculo de radio R. La velocidad lineal (V) es de 555 km/h (que son 154.16 metros por segundo) se relaciona con la velocidad angular a través del radio de esta circunferencia, de forma que:

El radio de la circunferencia descrita en el giro es de 5409 metros (casi 5 kilómetros y medio)


c) Aceleración total (en unidades de g) a la que se vería sometido el avión


Un avión para girar, se inclina normalmente un ángulo. Un pasajero (o el piloto) sufriría una aceleración (atotal) que le empujaría hacia el asiento, que es una mezcla de la aceleración producida por la fuerza centrífuga (ac), y de la atracción gravitatoria (g):

La aceleración debida a la fuerza centrífuga se puede calcular conociendo la velocidad lineal y el radio de giro:

teniendo en cuenta que g=9.81 m/s2, dividiendo 4.39 por g, queda que ac=0.45·g, la aceleración centrífuga es 0.45 veces la aceleración de la gravedad.

Ahora sólo hay que componer las dos aceleraciones, usando el teorema de Pitágoras:
atotal2=g2+ac2

Resultando una aceleración total de atotal=1.096·g

El avión, los pasajeros, y los pilotos del vuelo American Airlines 77 pudieron sufrir una aceleración de 1.096·g durante el giro.


d) Influencia de la velocidad de descenso


Un movimiento se puede descomponer en distintos movimientos más simples, estudiarlos por separado, y luego sumar los resultados. En este caso, un descenso en espiral se compone de un movimiento circular uniforme en el plano x-y, y un movimiento rectilíneo uniforme en el eje z. Éste último, tiene una velocidad constante, y por lo tanto no va a producir aceleraciones extra que haya que tener en cuenta, siendo por tanto irrelevante para el cálculo anterior. La velocidad de descenso es un dato que, directamente, sobra.

Nada que ver con los 10·g que dicen los conspiranoicos. Hay que hacer notar que los conspiranoicos no se basan en pruebas o datos que apoyen sus teorías, sino en datos que (presuntamente) sacan de la versión oficial, y que según ellos son contradictorios o incoherentes. En este caso, dicen haber hallado un valor de una aceleración centrífuga que no podría alcanzar un Boeing.

Pero el caso es que cuando se hacen las cuentas, el valor que finalmente resulta no es el que ellos dicen, sino que es un valor, que parece bastante razonable, que no debería dificultar el vuelo del Boeing (la aceleración es tan sólo un 9.6% mayor que la de la gravedad: ~10.75 m/s2), y mucho menos hacer perder la consciencia a su piloto.

Por supuesto, un caza haría esa maniobra con la gorra y sin mirar.

La moraleja que queda es que la mejor forma de encontrar agujeros a una versión oficial es… inventárselos, y confiar en que los lectores-víctimas-compradores-del-libro-con-el-que-forrarse nunca se les ocurrirá comprobar las afirmaciones, sino que las repetirán como loros.

Añadido
La trayectoria final del avión se puede dibujar de forma aproximada tal que así

La línea azul es donde inicia el giro el avión, a 7500 pies. La línea morada es el giro en el que descience a 2500 pies. A apenas 3 Km del pentágono, el avión se halla alineado, termina el giro, y acelera a tope.

Viendo la trayectoria, y cómo antes de iniciar el descenso en espiral, el piloto ya hizo correcciones de trayectoria, indica a pensar que en realidad, lo consiguió "a la segunda". Es decir, intentó alinear el avión, pero no le gustó, o vió que no le daba tiempo a hacer el picado sin pasarse. Así que tuvo que descender un poco, a la vez que tenía que dar la vuelta para volver a intentar chocar con el pentágono.

Añadido 2
AlphaFreak en los comentarios nos habla de una maniobra de vuelo llamada "giro estándar", que consiste en hacer virar 360º el avión durante 2 minutos. El secuestrador tardó más de 3 minutos en completar su giro. En la red he encontrado este artículo al respecto, en el que dice:
Los virajes cuando volamos bajo reglas de vuelo instrumentales (IFR) deben ser estándar. Un viraje estándar es aquel en el que nuestro régimen de cambio de rumbo coincide con un valor de 3º por segundo. Es decir, tardaremos 2 minutos en completar una circunferencia


Post relacionado:
¿Por qué no se ve el avión en las imágenes de seguridad el Pentágono?

martes, diciembre 05, 2006

Especial Psicofonías

Después de tanto tiempo, va siendo hora de centralizar todas las entradas relativas a psicofonías en un índice. Y para eso sirve esta entrada, que se irá actualizando según surjan mas posts que hacer.

Desde que empecé con la serie, no he podido conseguir la acongojante psicofonía definitiva,la que demuestre inequívocamente un origen totalmente mundano de la misma. Lo más, unos sonidos que podrían parecer un ejército marchando. De todas formas, ni consiguiendo una "psicofonía" así, los aficionados a irse al campo a grabar ruidos raros que no saben interpretar serían capaces de reconocer su error. Siempre dirán que sí, que existen ruidos intrínsecos que no se pueden eliminar ni quitando el micrófono; que sí, que las interferencias existen; que sí, que las jaulas de Faraday no son perfectas; que sí, que los ruidos que yo consigo grabar son totalmente mundanos... pero que los ruidos que ellos graban no lo son.

Y en cierta forma, su razón tienen. Ciertamente yo no puedo demostrar que TODOS los ruidos que alguien grabe tienen un origen mundano (¡y menos aún identificar ese origen!). Por eso es tarea de ellos demostrar que esa grabación es de origen "paranormal", sea eso lo que sea. Sin esa demostración, nunca podrá ser admitida una grabación como sonido paranormal. Grabar y escuchar sonidos de los que no se sabe su origen, no es una demostración de paranormalidad. Es el no querer aceptar la ignorancia propia la que lleva a imaginar fantasiosas teorías apoyadas en la nada, como que:

1 - El alma sobrevive a la muerte...
2 - ...en un más allá u otra dimensión...
3 - ...que se puede comunicar con nosotros...
4 - ...a través de un proceso poco claro...
5 - ...dejando sonidos comparables a un ruidos cualquiera en una grabadora.

Teorías que se hallan implícitas en la forma de actuar y reaccionar ante las grabaciones. Porque cuando se pregunta directamente a un experto grabador de psicofonías, éste dirá que no cree en seres de otros mundo, ni dimensiones paralelas, no sabe si el alma sobrevive a la muerta, que no sabe nada. Sólo investiga. Sin embargo, esa querencia por ir a caserones viejos, de trágico pasado, esas preguntas al aire, invocando a los muertos o espíritus, esas mezclas de grabar psicofonías mientras se practica ouija..., denotan la creencia en todas esas teorías que cuando es preguntado niega.

En estas entradas, sin embargo, yo he podido demostrar:

1- Las grabadoras, o artefactos similares producen ruidos intrínsecos, que son imposibles de eliminar. Y no tiene nada que ver con poner el micrófono más lejos.
2- Las grabadores y aretfactos similares, están expuestos a radiaciones eléctricas, que pueden provocar interferencias que quedan finalmente registradas.
3- Las jaulas de Faraday no son elementos mágicos que de golpe y porrazo eliminan todas las radiaciones que pueden interferir con una grabadora.
4- La grabación en soporte magnético está sujeta a unas condiciones que cuando no se respetan, pueden hacer aparecer ruidos no deseados
5- Algunas psicofonías son sólo ruidos, que no tienen la estructura de una voz. El por tanto la pareidolia auditiva la que hace "oír" palabras donde sólo hay ruidos.
6- Es posible estudiar de forma científica una afirmación extraordinaria, y desarrollar la idea hasta llegar a conclusiones, con las que diseñar un experimento para comprobar la validez de la hipótesis.

Como he dicho, no he llegado aún a la demostración definitiva, ni he conseguido provocar la psicofonía definitiva. Pero la demostración acerca de lo mundano de las psicofonías está más cerca que la de su paranormalidad.

Y sin más rollo, he aquí las entradas:
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Como un huevo a una castaña
Una opinión personal sobre el enfoque que debería tener una investigación de psicofonías mínimamente decente

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Un ejercicio de pseudociencia: ondas atrapadas en el tiempo

Introducción
Parte I : La malvada ciencia oficial
Parte II: Una hipótesis extraordinaria
Parte III: Un experimento

De cómo una idea descabellada se puede analizar, siguiendo la práctica habital en ciencia de expresar la idea en ecuaciones, desarrollarla para llegar a conclusiones acerca de su verosimilitud, y en última instancia, cómo diseñar un experimento basándose en esas conclusiones.

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De cómo una grabadora produce ruidos internos por sí sola que pueden quedar grabados en una cinta. Estos sonidos son independientes del micrófono, por lo que da igual que se acople uno externo, se meta en una jaula de vacío, o en una de faraday. También se demuestra cómo radiaciones electromagnéticas externas pueden quedarse grabadas.
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De cómo una jaula de Faraday es sólo un elemento que es útil para determinadas circunstancias, pero que no son una garantía de una eliminiación total y efectiva de radiaciones externas.
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De cómo se graba una cinta magnética, y cómo las vibraciones se convierten a señales eléctricas.
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De cómo las grabadoras electrónicas pueden igualmente presentar ciertos problemas no deseados.
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De cómo la pareidolia auditiva existe, o de cómo poder distinguir una voz auténtica de un simple ruido, a pesar de que éste último parezca ser una palabra.
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De cómo se pueden obtener datos relevantes de los sonidos para que puedan ayudar a esclarecer su origen, o que permitan avanzar en el marco de una investigación.
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De cómo palabras cogidas al azar parecen responder coherentemente a preguntas muy simples. Hay quien cree que las psicofonías dan respuestas inteligentes, lo cual es bastante fácil si la persona está predispuesta a usar la pareidolia auditiva para intentar interpretar un sonido cualquiera como una voz, y que además espera que sea una respuesta a una pregunta lanzada por ella misma.
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Radio Marduk saluda a sus oyentes
De cómo una grabadora puede captar ondas de radio, y descodificarlas para ser grabada la información que transmitía.