jueves, septiembre 27, 2007

¿Psicofonías angulares?

Andaba yo entretenido mirando a ver que hay de nuevo en todas esas páginas que difunden misterios, hasta que he llegado a la misteriopedia.

Con la mano temblorosa (como le ocurre a todo buen himbestigador) he pinchado en la entrada de psicofonías, y se me han puesto los pelos como escarpias (como es habitual en todo buen himbestigador) al leer lo siguiente:

Jürgenson y el [Konstatin Raudive] trabajaron mano a mano para investigar el fenómeno inventando aparatos para la mejor obtención de las voces como el Goniómetro

(negrita y cursiva mías)
Y sí. De piedra se queda uno, cuando varios años antes en la facultad, este que les escribe tuvo el privilegio de usar un goniómetro. No recuerdo haber escuchado misteriosas voces del Más Allá llamándome por mi nombre para pedirme un doble whooper sin cebolla. Más bien tengo el recuerdo de un cuarto oscuro, y mirar por un pequeño ocular para intentar ver tenues luces provenientes de lámparas de mercurio o sodio. Para quedarse ciego, más bien

Un goniómetro no es más un instrumento para medir ángulos.

El uso que se le daba en las prácticas de tercero era para calcular el índice de refracción de prismas que contenían distintos materiales: agua, cristal, y aire. Toda luz cuando llega con un ángulo a una superficie y se transmite, se refracta. El efecto es que el ángulo entre la dirección de propagación de la luz y la superficie cambia, y el valor de este cambio depende del índice de refracción del material y de la longitud de onda de la luz.

Se usaba luz de una lámpara de mercurio, o sodio, que emiten en unas longitudes de onda fijas y conocidas. El goniómetro llevaba acoplado un pequeño ocular para recoger la luz,y abajo una flecha sobre una circunferencia graduada que indicaba los grados que se había movido. Uno iba moviendo el ocular por la circunferencia hasta que veía la luz, y entonces anotaba el ángulo que lo había desplazado. Luego iban las cuentas, cálculo de errores, etc...

Cómo usaban Jürgensson y Raudive el goniómetro para captar psicofonías es un misterio insondable al que grandes expertos en TCI siguen buscando respuesta. De lo que estamos seguros es de que no lo inventaron.

Otros en cambio, entendemos por qué los grandes expertos aún no han encontrado una respuesta a qué son las psicofonías, y necesitan seguir investigando.


Como es probable que en algún momento los responsables de la misteriopedia se den cuenta de tan bochornosa metida de pata, y cambiarán el contenido, dejo aquí una captura de pantalla para gozo y deleite de los lectores.




Añadido:
Sólo por comparar, véase un goniómetro de verdad (via wikipedia):



...y el presunto trasto de Raudive (gracias a Andrés Diplotti, que se molestó en buscarlo por ahí):



Así a ojo, esas dos barras metálicas tienen toda la pinta de inductancias: ideales para pillar cualquier tipo de interferencia electromagnética.

miércoles, septiembre 12, 2007

Fidel Castro se apunta al 11-S

Queda demostrado: la energía piramidal, esa que es tan "oficial" en Cuba, produce graves efectos en el cerebro.

Según noticia aparecia en El País, Fidel Castro se apunta a la conspiranoia del 11-S.

Castro nos deleita con todos los tópicos al respecto:

Lo más dramático es la afirmación de que posiblemente nunca se conozca lo que verdaderamente ocurrió



Los cálculos sobre estructuras de acero, impactos de avión, cajas negras encontradas y lo que estas revelaban no se ajustan a los criterios de matemáticos, sismólogos, especialistas en información y especialistas en demolición, etcétera



analizando el impacto de aviones similares al proyectado contra las torres, caídos por accidente en ciudades densamente pobladas, se concluye que ningún avión se estrelló sobre el Pentágono



Eso sí, añade una gran novedad:

en los sótanos de esas torres (...) había depositadas alrededor de 200 toneladas de barras de oro (...)[y había orden de] disparar a muerte contra todo el que intentara penetrar hasta el oro"



Fuentes poco fiables nos han dicho que el pobrecillo se lió un poco cuando recibía terapia con una pirámide de aluminio sobre su cabeza, a la par que veía "La Jungla de Cristal III", donde Bruce Willis persigue a unos terroristas que siembran el caos en Nueva York para robar unos lingotes de oro que había precisamente debajo del WTC.

En fin, cosas de la edad.

lunes, septiembre 10, 2007

Científicos y pseudociencia

Es un argumento muy manido: hay científicos que se acercaron al mundo paranormal, y lo investigaron.

Con este argumento se trata de dar dos visiones: la primera, que un científico de verdad investiga sin prejuicios. Lo cual es una perogrullada, pero que no deja de tener su falacia escondida tal y como se expone, ya que lo que se pretende decir es que hay que abandonar todo el conocimiento sobre la naturaleza ya obtenido, y partir de cero para afrontar el presunto hecho misterioso. Si un misterio puede ser solucionado con ciencia, entonces esa no es la solución.

Una cosa es estar abierto a cambiar teorías si los datos así lo indican, y otra muy distinta intentar que una teoría contradictoria con el conocimiento certero que ya se posee de la naturaleza sea válida, sólo porque a alguien le gustaría que así fuera. Las teorías no son perfectas; no son “la verdad absoluta”, ni pretenden serlo, como parecen creer algunos. Las teorías en cambio son “veraces”, son aproximaciones que describen la naturaleza dentro de unos límites de validez, suficiente para entender qué procesos ocurren, qué relaciones de causa-efecto existen, qué se puede esperar de un fenómeno, e incluso hacer predicciones que permiten diseñar máquinas y dispositivos, que van a trabajar de la forma que se necesita.

Por ejemplo, la gravitación universal de Newton fue un hito importante. La “verdad” que describe esta teoría es que los planetas y el Sol son un punto infinitamente pequeño donde acumulan toda su masa. ¿Pero acaso es así? Sabemos que no. Y sin embargo, hoy día sigue siendo muy útil para calcular órbitas de los planetas, para lanzar satélites al espacio, y que además lleguen y amarticen o alunicen, donde deben.

La gravitación universal de Newton funciona porque es “veraz”, es una descripción fiel de lo que ocurre en la naturaleza. Pero que tiene sus límites. Unos límites que explicó la teoría de la relatividad (cuando hay velocidades comparables a la de la luz, o cuando las masas son muy elevadas). La teoría de la relatividad es una descripción distinta del mismo fenómeno, pero más amplia: es capaz de describir lo mismo que la gravitación universal, y además, otras situaciones.

Es en este sentido en el que hay que tener una mente abierta a nuevos descubrimientos: nuevas teorías que corrijan los fallos de otras ya establecidas. Pero no teorías que contradigan abiertamente conocimientos ciertos. Una teoría de la relatividad que produjera resultados contrarios a la gravitación universal donde esta última es veraz, hubiera tenido casi imposible salir adelante. Las nuevas teorías se construyen apoyándose en conocimientos ya existentes; un científico se sube a hombros de gigantes para ver más lejos.

Más interesante es la otra intención con que se usa el argumento hay-científicos-que-estudian-misterios: las pseudociencias no son chorradas, porque hubo científicos que investigaron. Parece que si un científico investiga misterios paranormales, entonces se reconoce automáticamente que existe lo paranormal, cuando esto no tiene por qué ser así, sino que precisamente es eso lo que debe probar: que tal o cual fenómeno es paranormal.

Iker Jiménez, en su retorno a la caja tonta, nos deleitó con este argumento centrándose en la figura de Ramón y Cajal, quien parece ser que estudió a mediums y los poderes del cerebro, y nos amenaza con desvelarnos más inquietantes, espeluznantes y se-me-ponen-los-pelos-como-escarpias relaciones de grandes científicos con el ocultismo y lo paranormal en general.

Pero de lo que no quiere darse cuenta Iker, (o que no quiere contar a sus televidentes y radioyentes) es que lo menos importante es precisamente “quien” investigó lo misterioso, sino “qué” descubrimiento hizo. Qué contribución al conocimiento obtuvo referente a lo paranormal.

Santiago Ramón y Cajal fue premio Nobel por sus descubrimientos acerca de las neuronas. A Newton se le deben las tres leyes que llevan su nombre, la gravitación universal, y varios hallazgos más. Se les recuerda por sus logros. Son científicos cuya importancia no está en haber investigado el cerebro, o haber investigado la naturaleza, (muchos antes que ellos hicieron lo mismo y no se les recuerda, precisamente por no haber logrado lo que ellos sí consiguieron) como tampoco son recordados por haber investigado lo paranormal, lo oculto, o lo misterioso. Su relevancia está en haber hecho unas contribuciones específicas al conocimiento en esas áreas concretas.

Fueron excelentes científicos, pero ¿qué aportaron al conocimiento humano respecto al ocultismo o lo paranormal? No importa lo que investigaran, importan los resultados de esas investigaciones. Esa es la única pregunta relevante, y que Iker Jiménez va a dejar sin contestar cada vez que revele que tal o cual científico “investigó lo paranormal”.
Añadido
Luis Alfonso Gámez ya escribió hace tiempo sobre la relación entre Ramón y Cajal y el espiritismo. Por supuesto, esa relación no tiene nada que ver con la que Iker Jiménez daba a enteder en su programa.