jueves, julio 10, 2008

La Sábana milagrosa: Introducción

Pocos objetos dan lugar a tantos milagros juntos como la sábana santa de Turín. Eso, en el caso de haber envuelto el cuerpo de un hombre allá por el Siglo I, y que éste dejara su imagen impresa en ella al resucitar.
Los sindonólogos son personas empeñadas en demostrar la autenticidad de la sábana, entendiendo por “autenticidad” que es una tela que en el Siglo I envolvió el cuerpo de Jesús, y que éste al resucitar dejo impresa su imagen. Tienen sus sociedades (como la STURP), e incluso de vez en cuando cuelan un artículo en revistas serias de peer-review.
Publican, sobre todo gracias a que cuidan su lenguaje para no decir abiertamente lo que creen, sino que se atienen a una neutralidad aceptable, y a una presentación e interpretación de sus datos. Por ejemplo:

G. Fanti, R. Maggiolo, J. Opt. A: Pure Appl. Opt 6 p.491 (2004) , donde se habla de que en la cara anterior de la tela se observa algo que se parece a la imagen frontal, y que han analizado con un algoritmo creado por ellos mismos. Pero no dicen que esa segunda imagen sea prueba de una resurrección milagrosa. Realmente, lo interesante (y/o novedoso) del artículo es el algoritmo, y si es útil para algo, no si esa segunda imagen es prueba de la autenticidad de la sábana.

El principal milagro que se asocia a la Sábana Santa de Turín es la presunta resurrección de una persona. Se dispone de una tela que se puede estudiar para obtener datos, y plantear hipótesis sobre cómo se formó la imagen. El problema viene cuando las hipótesis incluyen la resurrección de un individuo, porque el cuerpo del resucitado no está disponible para su estudio, lo cual es un pequeño gran problema.

Al final, el estudio de la tela se basa en aplicar las leyes de física y química, para averiguar bajo qué condiciones se puede generar tal imagen. Una vez encontradas, entonces hay que plantearse si esas condiciones corresponden a la realidad o no. Si lo hacen, estupendo, porque hemos encontrado una explicación a la imagen basada en la ciencia y no en la fe. Si no lo hacen, entonces hay tres alternativas:

- Asumir que la hipótesis inicial era incorrecta.
- Cambiar el término “hipótesis” por el de “creencia”, y llamar fe a lo que es fe, sin disfrazarla de ciencia.
- Plantearse el demostrar que esas condiciones se pueden conseguir a través de nuevos fenómenos desconocidos, demostrar que estos fenómenos son reales, existen y así aumentar el conocimiento de la naturaleza. Es decir, hacer ciencia.

Claro, si esos fenómenos nuevos incluyen una persona resucitada, existe un problema, ya que no se conoce de ningún resucitado que haya donado su cuerpo al estudio científico. Por lo que con la tercera opción se corre el riesgo de llevarnos a tener que escoger de nuevo entre las dos primeras opciones, sin ya opción a la tercera.

En un debate de creyentes y escépticos, el primero siempre parte con ventaja. Puede imaginar fenómenos nuevos tal y como le plazca. El escéptico sólo se puede limitar a señalar las incoherencias que eso supone, pero claro ¡Estamos hablando de un milagro!, y ante cada incoherencia, para salvarla se puede añadir un nuevo fenómeno imaginario que el conocimiento actual aún no ha alcanzado a vislumbrar, así que no se puede descartar.

El debate puede continuar así hasta el día del juicio final, si no más. En cambio, la demostración de que el milagro imaginario es real, zanja el debate de raíz. Esto enlaza con una cuestión que debería mover a reflexión a creyentes en fenómenos paranormales en general:

¿Hasta cuando hay que mantener o complicar una hipótesis, según se van mostrando sus incoherencias? ¿Cuándo se puede decir que una hipótesis es incorrecta, y podemos abandonarla?.


En esta multientrada (+ apéndice), vamos a entrar en las teorías sindonológicas sobre la formación de la imagen. Vamos a ver cómo los “expertos” según se tropiezan con dificultades que chocan con el conocimiento actual de la ciencia, las esquivan apelando a fenómenos extraños, con tal de intentar encontrar las condiciones que permitirían generar la misma imagen, aunque eso suponga saltarse las leyes conocidas de la naturaleza. Total, es un milagro que la ciencia no comprende. No se puede descartar.


La sábana milagrosa:
0. Introducción
1. La formación de la imagen
2. Distorsiones en 2D
3. La representación en 3D
4. Apéndice: absorción de luz en un medio saturable

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Die EU-Kommission greift mit ihren Plänen zur Verschärfung der Basel-II-Regeln einer laufenden Untersuchung der Verbriefungsmärkte durch den Basler Ausschuss vor - ein internationales Gremium, in dem Aufseher und Notenbanker vertreten sind. Der Ausschuss hatte die Basel-II-Regeln erarbeitet, die in Europa seit 2007 gelten, in den USA aber noch nicht umgesetzt sind.

Große Sorgen macht den Banken zudem die Absicht der EU, die Höhe der Kredite zu begrenzen, die eine Bank anderen Banken gewähren kann. Künftig sollen die Banken nur höchstens ein Viertel ihres Eigenkapitals für solche Kredite binden dürfen, heißt es in dem Entwurf für die Eigenkapitalrichtlinie. Dadurch drohten neue Liquiditätsprobleme im Interbankenhandel, warnen die Verbände.

Anónimo dijo...

Coñe, pringate con pintura de niños, enrollate una manta y dejate de complicaciones XDDDDD

La sabana santa, a ver, si es que tiene los pies como la venu de boticelli, que es una pose típica de pintura antiperspectiva, antianatómica y antinatural...

Suscribo lo dicho por Anónimo...

Anónimo dijo...

No sólo evitan cuidadosamente decir sus verdaderas creencias cuando escriben en una revista "revisada", sino que es una táctica habitual el ocultar los conceptos religosos con eufemismos pseudocientíficos.

Por ejemplo, no diga "milagro", sino "científicamente inviable". Y no diga "desmaterializarse", sino hacerse "mecánicamente transparente". Etc. En algún caso me costó entender de qué narices estaban hablando hasta que me di cuenta del truco.

David Mo

Anónimo dijo...

Se dice que la Sabana Santa es una falsificación.

Una pregunta, ¿existen medios técnicos ahora para hacer una falsificación similar? Y si los hay, ¿los había en el siglo XIII?

Julio dijo...

A ver que vaya por partes:

¿Es la sábana santa una falsificación? Pues depende. Si consideramos que la "sábana es verdadera" significa que envolvió el cuerpo de un hombre de la Palestina del Siglo I, y dejó su imagen impresa de una forma que no entendoms, la prueba del Carbono 14 nos dice que no, que la sábana no es del siglo I, por lo que el resto ("envolvió a un hombre y dejó su imagen etc...") carece de sentido.

Si la consideramos "falsa" en el sentido que alguien la quiso hacer pasar por "verdadera" a propósito, pues no lo sabemos, dado que no sabemos qué pretendía hacer quien la hizo: si sólo hacer una obra de arte que otros luego han malinterpretado con buenas intenciones, que otros han tergiversado con malas intenciones, o sí el propio autor pretendía hacerla pasar por "verdadera".

En cuanto al método de fabricación, realmente eso sería más interesante en caso de "ser verdadera". Una vez descartado que la sábana sea del Siglo I, el tema no parece tan atrayente ¿verdad?.

Para poder saber cómo realmente se hizo, habría que tener acceso a ella por parte de científicos serios (no la STURP, ni sindonólogos que están obviamente sesgados). Por desgracia, la única oportunada que han tenido de hacerlo ha sido cuando la prueba del C 14, cuyo objetivo era datar la sábana, no saber cómo se hizo.

Se pueden hacer copias que se parecen a la sábana santa hoy día con técnicas del Siglo XIII. Mira por ejemplo al final de esta entrada ¿Es así como se hizo la sábana? Pues eso es difícil de saber sin un estudio a fondo de la sábana. ¿interesa hacer ese estudio? Como ya he dicho, una vez descartado que la sábana sea del siglo I, esa cuestión se convierte más en una mera curiosidad que en un punto vital para demostrar su "autenticidad" o "falsedad".

También te podrías preguntar cuantas replicas de la sábana se han hecho por "métodos sobrenaturales", y verías que de esas no hay ninguna.

Tampoco sabemos cómo era la sábana santa cuando se fabricó en el siglo XIII, sino cómo se ve hoy día, después de tanto tiempo, y de los incendios, trasladaos, etc, que ha sufrido.

Pero el no saber cómo se hizo exactamente, no impide que sepamos con certeza que no envolvió el cuerpo de una persona del Siglo I, que es al final el meollo del asunto.